Por Agustín de la Cruz (Sugar).
New York, (SL) -Tengo muy buenas relaciones de amistad con la mayoría de los miembros de la “Filial NY de Acroarte”, pero eso no me cohíbe expresar mi criterio basado en su realidad, a pesar de quienes pudieran sentirse aludidos y, me recuerden que no formo parte de dicha institución.

Lo primero es que la #filialNY hace años que únicamente existe en estatutos, su más importante vigencia ocurre en la época de elecciones, además de que un pobre promedio de sus miembros son quienes ejercen de manera activa la profesión, a pesar de que vivimos en la era digital.

Su mayor logro, es responsabilizar a la directiva saliente de la inercia y limbo en la que vive la institución, pero usted va a una de sus escasas reuniones y la mayoría de sus miembros brillan por su ausencia.

Es, en esta época, es cuando se desempolva la institución, con la finalidad de recibir a los candidatos desde el país e intercambiar necesidades de siempre y promesas de campaña.

Encuentros, en los que para pedir les falta tiempo, entre tantos pedidos, escuché a alguien pedir que parte de los recursos que recibe @acroarterd por parte de la cervecería, sean destinados a las filiares, para sustentar una serie de obras y programas, etc.

A mi entender, el día que la filial exija respeto, reconocimiento y derecho a voz y voto en las categorías que son propias del extranjero, en vez de pedir, estará en condiciones de subsidiar a su matriz, logrando ser tomada en cuenta por la gran cantidad de artistas que vienen de giras durante todo el año.

Pero resulta que para lograr eso, primero tiene que existir en toda su magnitud y funciones, de lo contrario continuará siendo una institución preservativo, irrespetada hasta por sus propios miembros.

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