Las Vírgenes de Galindo es un relato profundamente arraigado en la memoria histórica dominicana. Se refiere al brutal asesinato de las hermanas Águeda, Ana y Marcela Andújar el 29 de mayo de 1822, durante los primeros meses de la ocupación haitiana. Este crimen ocurrió en una finca cerca del río Ozama, en la comunidad de Galindo.  Sin lugar a dudas un horrendo hecho que marcó la historia dominicana.

El escritor César Nicolás Penson incluyó este episodio en su obra Cosas añejas (1891), convirtiéndolo en un símbolo de los horrores atribuidos a la ocupación haitiana. Según su relato, soldados haitianos asesinaron al padre de las jóvenes, don Andrés Andújar, y luego atacaron a sus hijas.

Sin embargo, investigaciones posteriores han identificado a los asesinos como Pedro Cabial, Manuel de la Cruz y Alejandro Gómez, delincuentes comunes que fueron juzgados y condenados por las propias autoridades haitianas. Esto ha generado un debate sobre el uso del caso como símbolo político y la manera en que la literatura ha moldeado la percepción histórica.

Este relato ha sido ampliamente difundido en la educación dominicana y en el imaginario nacionalista, mezclando hechos reales con interpretaciones políticas y emociones colectivas.