El phishing tiene su origen en correos electrónicos en los que se piden a potenciales víctimas, que introduzcan sus datos en una página web falsa que es casi idéntica a la auténtica de una determinada entidad financiera. Tres de los casos más comunes de phishing son los siguientes:
Correo de notificación de consumo. Se comunica sobre un supuesto consumo realizado por el receptor del mensaje. Muestra los principales detalles de la compra y pide acceder a un enlace para cancelar la transacción.
Correo con solicitud de actualizar su información personal. Pide que se validen los datos personales a través de un enlace, de lo contrario la cuenta bancaria podría ser bloqueada.
Correo con alerta para cambiar la contraseña. Solicita hacer un cambio de contraseña porque aparentemente la actual ya no es segura.
¿Cómo reconocerlos?
Saber identificar el phishing no es una tarea fácil, pero no imposible. Requiere sobre todo de atención y concentración en los pequeños detalles.
Utilizan términos de urgencia: tienes 24 horas, responde lo más pronto posible, es necesario, etc.
Incluye un saludo genérico, en vez de colocar tu nombre, colocarán "estimado cliente" o "querido usuario".
Piden que descargues algún documento adjunto que podría infectar tu computadora con un virus.
Contienen enlaces falsos, fíjate en el nombre del dominio web y confirma que corresponda con el original.
Suelen presentar faltas ortográficas, revisa para encontrarlas.
Recuerda siempre que una entidad financiera confiable nunca te pedirá ingresar información confidencial a un sitio web desde un enlace en un correo electrónico.
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