Por Ambiorix Popoteur.
SANTO DOMINGO.- El pasado día 14 de este mes, la prensa nacional nos trajo una noticia de primera plana, donde el Ministro de Agricultura, nuestro compueblano Ángel Estévez, decía: “La República Dominicana aspira a convertirse en una potencia en la producción de alimentos”. Este titular me llamó poderosamente la atención y sin ser un técnico del área quiero referirme al pronunciamiento del Ministro.
La noticia hacia énfasis en el uso de la tecnología en la producción de alimentos, pero me pregunto ¿cómo un país con 48,442 kilómetros cuadrados puede ser potencia en producción agrícola? No sé con quien estaría comparando el Ministro a nuestro país, o con qué región, o si se refería a algún cultivo en específico. Lo cierto es que es difícil de asimilar esta pretensión, y les digo esto porque voy a tomar como ejemplo la provincia del Ministro, Santiago Rodríguez, que es la misma mía.
Santiago Rodríguez tiene una extensión territorial de 1,152 kilómetros cuadrados, unos metros más, unos metros menos, dependiendo de quién mida, con un relieve totalmente accidentado, caracterizado por montañas, cerros, bosque, algunas llanuras y vallecitos, y uno que otro páramo propio de nuestra formación geológica.
Para convertirnos en nuestra provincia en potencia de producción de alimentos, como debió ser desde hace mucho tiempo, por lo menos en la línea noroeste, partiendo del hecho de que la única actividad económica de cierta importancia es la agricultura, con sus excepciones en la agroindustria como el casabe y la leche, y las inversiones llegadas por la ley 28-01 de desarrollo fronterizo (sin ser frontera), deben ocurrir las siguientes acciones:
– Políticas estatales para la inversión en la producción, tratamiento y canalización de las aguas, en una provincia que es la más rica de las provincias noroestanas en cuanto a cuencas hidrográficas. En su territorio nacen tres de los más importantes ríos del país que son Mao, Artibonito y Guayubín.
– Inversión en vías de acceso, llámese caminos vecinales o carreteras para sacar la producción a los mercados.
– Política de financiamiento a los productores agrícolas basados en cultivos propios de la región.
– Organización y capacitación de los productores por regiones, cooperativas, tipos de cosechas, etc.
Lo que vemos
– Inversión en una carretera en el lado sur del municipio cabecera, que tiene poca producción agrícola, con vocación turística, que no está cerca de desarrollarse. No es que nos oponemos a su construcción, pero vemos que no obedece a un plan para hacer la inversión donde más se necesita y donde se pueda sacar mejor provecho y retorno de la misma.
– No tenemos inversión en canales de riego ni de presas para el reguío de las tierras aprovechables de la provincia. Se hizo la Presa de Monción y la Provincia que menos la utiliza y aprovecha somos nosotros, a pesar de que el gobierno del Profesor Juan Bosch, en 1963, dejó los estudios hechos para la construcción de las pequeñas hidroeléctricas en todo el territorio nacional e incluía nuestra provincia con varias de ellas. Cincuenta y cuatro años después estamos en peor situación en este renglón tan importante.
– Hoy tenemos grandes extensiones de tierra sin ningún tipo o muy poca producción, ejemplos, de Sabaneta a Martín García y de Sabaneta a Mao, con el aprovechamiento del agua otra sería la situación.
Estas situaciones las conoce el Ministro de Agricultura y el propio Presidente de la República, entonces ¿dónde están las soluciones? ¿Cómo nos convertimos en potencia en producción de alimentos?
Santiago Rodríguez puede producir para el consumo local, por ejemplo y ayudar con la demanda de la oferta hotelera, exportar por el Puerto de Manzanillo.
Nuestra intención es en el orden de contribuir con los mejores intereses de la provincia, para que llamemos la atención sobre los que tienen el poder de influenciar o decidir para que cambiemos lo que tenemos hoy y tengamos un mejor futuro.
Ambiorix Popoteur es abogado; reside en Santo Domingo.
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