Sale más barato traer un plátano desde Ecuador que producirlo en Barahona. Así mismo, es más económico el arroz importado de China que el que se produce en Bonao.

Los gobiernos han sido muy poéticos al hablar de “globalización”, pero han olvidado que eso implica un énfasis especial en el concepto “competitividad”.

¿Cómo puede salir adelante un país con los combustibles más caros del continente y uno de los más caros del mundo? Eso incrementa no solo el costo de la vida, sino también los costos de producción, provocando que en República Dominicana sea mucho más caro producir cualquier cosa.

¿Cómo es posible atraer inversión extranjera en un país donde producir sale tan caro? Una forma es exonerarles impuestos o suplirles combustibles subsidiados a las grandes empresas…. Entonces, las empresas que no son socias del Gobierno que se jodan, así como el resto de la población que tiene que pagar más de un 36% de impuestos en los combustibles.

El negocio de los combustibles ha hecho muy ricos, asquerosamente ricos, a un grupito, pero ha empobrecido al resto de la población. Ha frenado el desarrollo económico del país, y ha drenado los bolsillos de las familias dominicanas.

Nos ha dejado tirados a un lado en el camino de la competitividad internacional, con las funestas consecuencias de eso.

Es momento de que los dominicanos hagamos conciencia de la mafia que opera en torno a los combustibles, donde un grupo de políticos y empresarios han estado haciendo su agosto a costillas del pueblo. Sobre todo, es tiempo de que tomemos la firme decisión de ponerle freno a ese abuso que nos mantiene condenados al subdesarrollo.

Por: Claudio Caamaño Vélez
@claudiocaamano
claudiocaamano@gmail.com

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