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REVOLUCIÓN CONSTITUCIONALISTA DEL 24 DE ABRIL 1965  Y GUERRA PATRIA. 

El sábado 24 de abril de 1965 José Francisco Peña Gómez, en el programa radial Tribuna Democrática, que se transmitía por la radioemisora Radio Comercial a la 1:00 de la tarde, llama  al pueblo para que saliera a  la calle a dar la bienvenida y respaldo a los militares que se habían sublevados contra el gobierno del Triunvirato. Los militares tomaron el control de Radio Televisión Dominicana, y comenzaron a llamar a  sus compañeros de armas de San Isidro y de otros campamentos del Distrito Nacional así como del interior para que se unieran al pueblo y respaldaran el movimiento constitucional. Militares de todos los rangos, desde oficiales superiores hasta cabos, hablaban por los micrófonos llamando a  la solidaridad; civiles que hacían llamados a sus familiares y profesionales llamando a sus  colegas a incorporarse a la lucha. La  emisora se  convirtió en el vehículo para orientar a toda la ciudadanía sobre el avance de los acontecimientos.  En la tardecita  tropas leales al gobierno retoman  a RTVD y en  la noche habla al pueblo dominicano Donald Reid Cabral diciendo que la revuelta  está controlada y nombra a Wesin y Wesin como Secretario de las FF.AA. Se establece el toque de queda. En la madrugada del 24 al 25, a eso de las 2. AM las tropas de Intendencia, el Polvorín y Transportación se unieron a los rebeldes, entrando a la ciudad sin casi resistencia. El pueblo se despertó al toque de las sirenas de los bomberos y las emisoras de radios que llamaban a recibir a estos nuevos rebeldes.

Toma del Palacio Nacional. 
Al otro día, 25,  una enorme multitud de miles de personas se concentra en el Palacio Nacional y lo toma sin tirar un solo tiro. Se pone como presidente constitucional provisional  al Dr. Rafael Molina Ureña, presidente de la Cámara de Diputado, en ausencia del presidente del Senado. En el orden sucesora  dominicano, por  ausencia del Presidente, vicepresidente y presidente del Senado, el nombramiento recae sobre el presidente de los diputados. De las primeras medidas que tomó el presidente provisional  fue amnistiar a los presos políticos y a los exiliados por la misma causa; nombrar al Tte. Coronel Hernando Ramírez Secretario de las FF.AA. a Caamaño Secretario de Interior y Policía  y pone en vigencia la Constitución del ´63.-
El 25 a eso de las 2 de la tarde los aviones P-51 y AT6, lo mismo que los barcos de la Marina de  Guerra comenzaron a bombardear, a lanzar cohetes y ametrallar el Palacio Nacional y la RTVD. Las emisoras les pedían a la población que pusiera espejos en las azoteas y que con ellos los dirigieran a los aviones de manera entorpecer a los pilotos, por el reflejo, y dificultar la puntería. El ataque se prolongó hasta el 26, sufriendo la misma suerte los campamentos 16 de agosto y 27 de febrero, que estaban repletos de armamentos pesados.

Cómo emerge Caamaño como Líder.
Hernando Ramírez padecía de la enfermedad Hepatitis y parece  que la tensión emocional vivida en esos momentos desencadenó la dolencia, de tal manera que el 27 de abril le pidió al presidente que lo relevara del cargo por no estar en disposición de cumplir adecuadamente con la responsabilidad que tenía al frente. Al preguntarle Molina Ureña que a quién él recomendaba como sustituto le sugiere a Francisco Alberto Caamaño por ser el militar de más alto rango de todos los constitucionalistas. Es el único Coronel, los demás son Tte. Coroneles. 
Con los bombardeos y ametrallamientos de los aviones la cosa era en serio, no era para estar jugando a los soldaditos de plomo de los juegos infantiles. Esto era para gente de conciencia revolucionaria firme e inspirado sentimiento constitucional y patriótico. ¡Fueron muchos los soldados que desertaron y volvieron  sus armas  contra el pueblo que en un principio estaban dispuestos a defender y luchar junto a él por el retorno de Bosch y la constitución del 63!

Batalla del Puente Duarte. 
Desde que comenzaron a  disparar los aviones la gente de la parte arriba se  comenzó a reunir en la cabeza del puente Duarte del lado occidental, frente a la incineradora, para  detener  las tropas que enviarían desde San Isidro. Los pocos militares que les  acompañaban obstruyeron el puente colocando dos camiones Catarey – Mack – atravesado, impidiendo la circulación, no solo a los tanques, sino a cualquier vehículo. 

El 26 y el 27 la desigual batalla llegaba a su máxima expresión de muertos y heridos donde perdieron la vida unas mil personas, mujeres, hombres y  adolescentes incorporados a la defensa de la libertad y la  constitución. Los centenares de heridos eran trasladados a las clínicas  cercanas y al hospital Padre Billini.  El 27 en la tarde, a eso de las 4 pm, cuando todo parecía que la batalla por la toma del puente se veía perdida y Wessin entraría a la ciudad con sus tanques llegan refuerzos comandados por Francis Caamaño, Montes Arache, Lachapel Díaz y otros altos oficiales constitucionalistas 

¿Qué había pasado? 
A eso de las 3 00.PM Molina Ureña, acompañado de una comisión de políticos y militares constitucionalistas se dirige a la embajada norteamericana a entrevistarse con el embajador William Tapley Bennet, para solicitarle que intervenga para impedir que siga la matanza de civiles por las tropas de  San Isidro, los cañoneos aéreos y marinos. Esta era la segunda entrevista de ese día entre ambas partes. El embajador,  prepotente e insolente lo que hace es insultarlos, diciéndole que lo que tenían que hacer era rendirse incondicional a la fuerzas de San Isidro y que los responsables de las muertes son los rebeldes. La historia recoge el  momento en que Caamaño golpea la mesa y lanza el famoso: <<¡Coño, nosotros no nos rendimos, vamos a pelear!>>. Al terminar la entrevista una parte de los civiles y algunos militares salieron a refugiarse en embajadas latinas, entre ellos Molina Ureña y Peña Gómez; Caamaño y Manuel Ramón Montes Arache y sus hombres ranas, cogieron para el puente Duarte a dar la pelea.

Intervención militar yanqui.
Ante la derrota sufrida por los militares de San Isidro al no poder cruzar el puente y tomar la ciudad rebelde, cundió la desmoralización entre los jefes de  la Junta Militar que los yanquis crearon presidida por el Coronel Pedro Bartolomé Benoit, Capitán de navío Olgo Santana Carrasco y Coronel Enrique Casado Saladín. Estos señores en la mañana del miércoles 28 de abril solicitaron por escrito la intervención de las tropas norteamericanas para ¡detener el avance del comunismo ateo y disociador y no establecer otra Cuba en Dominicana!

Guerra Patria.
La Revolución del 24 de Abril comenzó como una revolución democrática-burguesa, con la filosofía política de la  social democracia, que era la ideología profesada por Juan Bosch y sus seguidores más cercanos y comprometidos con su retorno al poder para continuar su presidencia constitucional,  sin embargo el 28, al iniciarse el desembarco de las primeras tropas norteamericanas y tomar partida con los de San Isidro y enfrentar a los constitucionalistas, esta revolución social demócrata se transformó en una Guerra Patria, antiimperialista. Ahora había que luchar contra los yanquis que mancillan nuestra patria y los traidores leales al gobierno golpista.

•    Primero éramos 53 y más tarde 83  los comunistas.
La Voz de las Américas, órgano radial del Departamento de Estado Norteamericano, comienza  a pasar la lista de  los  comunistas dominicanos que están  controlando y dirigiendo la revolución constitucionalista. La lista  de 53 más tarde la elevó a 83 comunistas y para combatir a estos 83 desembarcaron la 82ava División Aerotransportadas con 42,000 marines. Por cada uno de nosotros dispusieron de 506 soldados por cabeza, pero no solamente desembarcaron esa cantidad de  marines, sino que según el oficial encargado de la estación de la CIA en esos momentos aquí, David Atlee Phillips, en su libro “The Night Watch” dice que tenía asignado 83 agentes. ¡Uno por cada comunista!

Los Comandos Constitucionalistas.
Los comandos fueron una creación de la ingeniosidad del pueblo; el primero que surgió nadie sabe cómo fue ni donde se instaló. 
Creo que lo que pasó fue lo siguiente: a partir de los ataques del 25 de abril y siguientes días, como de la  zona norte se había trasladado y del interior del país, mucha gente a  Ciudad Nueva y al quedar atrapado y no tener donde pernoctar comenzaron a ocupar los locales públicos, como las escuelas, oficinas, y casas de familias, que la dejaron a cargo de alguien de confianza, porque emigraron al interior. Tal el caso mío con el comando de comida y los comandos de las direcciones de los partidos que apoyaban la Revolución. Al armarse crearon unidades  de combates que se extendió por toda la zona constitucionalista, así se formaron comandos por militancia política, por barrios, ciudades, campos, obreros,.. 

Toma de la Fortaleza Ozama. 
En la zona constitucionalista, en la zona colonial, todavía  el 29 de mayo  quedaba un enclave militar sede de los Cascos Blancos y cárcel de alta seguridad para condenados especiales. El mayor Juan Lora Fernández y Héctor Lachapell Díaz junto con un grupo de civiles y militares armados atacan la Fortaleza Ozama y tras un fuerte combate que duró varias horas vencen la resistencia militar, apoderándose de una gran cantidad de armas que fueron las que constituyeron la fuente principal para el arsenal de los  partidos  de izquierda, los perredistas de la base y el pueblo en general. La fortaleza fue atacada con todo   el armamento que tenían los rebeldes: bazucas, fusiles, bomba molotov, etc. Se tomaron varios centenares de prisioneros y algunos se incorporaron al movimiento. Los otros se dejaron libres, pues no había cárceles donde alojarlos. Otros centenares prefirieron tirarse a cruzar el río Ozama para a salir a la otra orilla, ocupada por las fuerzas de San Isidro. Muchos murieron en la travesía y devorados por los tiburones. Entre los que cruzaron al otro lado estaban los asesinos de las Mirabal y el coronel jefe de los Cascos Blancos, de apellido Cornielle. Este luego salió al exilio en New York, donde fue ajusticiado por dominicanos resentidos con sus crueles procederes al mando de los Cascos Blancos.   

¿Por qué Ciudad Nueva?
El grupo de militares constitucionalistas que fueron cancelados con el Capitán Héctor Lachapell Díaz se  reunían para seguir dando los pasos de  la conspiración, en un restaurant en el Malecón   al lado de la bomba de gasolina cerca de la UASD, y elaboraron con minuciosidad todos los detalles para la toma de la ciudad capital  con el contragolpe. Esos detalles incluía la ubicación, en mapas, de todos  los destacamentos militares y policiales, las comunicaciones telefónicas, emisoras, plantas eléctricas, bancas, etc.  Dominaban, diría yo, “La Técnica del Golpe de Estado” de Curzio Malaparte. Consciente de que a quien había que vencer era a Wesin y Wesin con sus tanques, escogieron la  zona colonial por ser sus construcciones de piedra, ladrillos, cementos y con las calles estrechas, donde los tanques serían presas fáciles de inutilizar y la  infantería por igual. Si llegaban a penetrar caerían en una trampa mortal.

Gobierno de Reconstrucción Nacional.
Luego de formar la Junta Militar el bando de San Isidro, los yanquis le ordenan  crear un Gobierno de Reconstrucción Nacional, nombrando como presidente a Antonio Imbert Barreras, su hombre de confianza en República Dominicana. Con la aceptación de este nombramiento y sus participaciones en los distintos Consejos de Estados anteriores, el otrora Héroe Nacional se auto convirtió en un Villano, un Traidor  Nacional; por eso el pueblo llano y no tan llano, nunca lo sintió como su héroe, sino como uno más  de los que ajusticiaron a Trujillo. Un ser humano con mucho coraje y valentía, y nada más. Sin ningún sentimiento patriótico y social.

Operación Limpieza.
De las primeras medidas de táctica militar que los invasores tomaron fue dividir la ciudad en dos partes, para eso trazaron un Corredor Militar a todo lo largo de la avenida Méjico, empalmando con la Avenida Teniente Amado García y desembocar en el Puente Duarte, quedando la  ciudad capital dividida en la parte sur y la parte norte. En estas condiciones se concentró el bando San Isidro a llevar a cabo la llamada Operación Limpieza, término empleado por el embajador norteamericano W Tapley Bennett. Entraron sus fuerzas  de equipos  blindados  e infantería por el puente Presidente Peynado, Villa Mella y por el paso de La Barquita, obligando a los combatientes a retirarse paulatinamente bajo  el bombardeo y ametrallamiento de  los cazas. Estaban atrapados entre dos fuegos: al norte el arrollador avance de los enemigos y al sur el cordón de los militares yanquis, también enemigo. Muchos combatientes lograron cruzar el cerco con sus armas y continuar la lucha en Ciudad Nueva. Otros lo hicieron desarmado y engrosaron los comandos y de nuevo fueron armados.
Según el New York Times del día 1 de mayo de 1965, desde el  24 de abril al 29 en la madrugada, los muertos  dominicanos alcanzaron la  cifra de 1200 hombres y mujeres. Si consideramos por cada muerto dos heridos, se tiene una idea de la cantidad de bajas sufrida por la población dominicana. Extranjeros, ningún muerto. ¡Estamos hablando de 200 personas muertas por día! ¡Estamos hablando de un poco más de 8 personas muertas cada minuto! ¡Y vinieron con el pretexto dizque para salvar vidas de dominicanos/as y  extranjeros y restablecer  el orden!

Caamaño Presidente.
El profesor Juan Bosch sabe que es un prisionero de los EEUU viviendo en Puerto Rico y 
que no le iban a permitir salir de ahí para Santo Domingo a ponerse al frente de la revuelta y asumir su responsabilidad. Así las cosas el día 4 de mayo llama al Comando Constitucionalista para hablar con Caamaño. Cuando Bosch habla con Caamaño le  dice  que él, Bosch, va  a renunciar a su cargo de Presidente para que él, Caamaño, asuma la Presidencia  del Gobierno en Armas. Caamaño dice que <¡yo no puedo aceptar eso,  nosotros  no estamos combatiendo por cargos políticos, eso le corresponde a Usted !>. Bosch le contesta: <¡Coronel  no le  estoy pidiendo su opinión, le estoy dando una orden, cúmplala.> Caamaño contesta: <¡ si se trata de una orden trataré de cumplirla lo mejor que pueda, señor !.> Luego Bosch  le dicta a Héctor Aristy la lista del Gabinete

Los hombres Ranas. ¿Quiénes eran?
Ante las atrocidades cometidas  por Rafael L. Trujillo con las torturas y  asesinatos de los sobrevivientes de la gesta del 14 de junio del 1959 y del movimiento clandestino interno, por las fotos que la resistencia le hacía llegar a los exiliados, principalmente a Puerto Rico y New York, estos se movilizaban a todos los niveles que estuvieran a su alcance. Así lograron que los sindicatos portuarios de gran parte de la costa atlántica de los EE.UU y del litoral del Caribe boicotearan los barcos de la flota mercante del régimen y todo barco de cualquier nación que fuera a descargar  mercancías a los puertos dominicanos. Entre esa mercancía estaba el petróleo, que era venezolano. Apretada la cuerda en la garganta del monstruo que lo asfixiaba, este le echaba la culpa de su desgracia  a su enemigo personal desde 1945, el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt. Aparte de que el presidente era un sólido y firme protector y cooperador de los exiliados dominicanos. Para eliminarlo físicamente y salir de ese incordio en su nalga, elaboró tres planes alternativos de asesinato. Uno de  ellos fue que creó un cuerpo élite de submarinistas adscrito a la Marina de Guerra y para entrenarlo  contrató los servicios de veteranos de la Segunda Guerra Mundial;  de Italia el Dr. Zunccini, jefe del equipo de entrenadores; Lorenzo – Enzo – Lovato e  Ilio Capocci y un japonés. Trujillo seleccionó de las FF:AA a 18  de los mejores militares y puso al mando al capitán M.G. Ramón Montes Arache.. El atentado  a Betancourt consistía en volar  en dos pedazos el barco T- 2 de la Marina de Guerra venezolana, usada por el presidente para desplazase en sus  visitas a las bases navales  y recorrer la cuenca del Orinoco en viaje de placer. Este plan fracasó porque en un entrenamiento del equipo de comandos  en la  base Las Calderas, colocando una bomba submarina esta explotó, hiriendo gravemente a Montes Arache, quien fue trasladado subrepticiamente a España a curar sus graves heridas. Esta fue la causa del por qué el Comandante y héroe del 65 tenía la cara con cicatrices muy notorias. A este equipo selecto luego se uniría el francés Andre Riviere. 
La participación de este equipo élite en la Guerra Patria fue extraordinaria y sobresaliente, por su valentía, arrojo y capacidad de combate. Vestían de uniforme negro de pie a cabeza; portaban pistola, cuchillo y fusil automático. Se desplazaban en jeep  descapotado con una ametralladora calibre 30 ó 50. En los combates del Puente Duarte y en otros lugares su presencia fue decisiva. Cuando se creó la Academia Militar  Constitucionalista en el parque Hostos, con el instructor rana aprendí cómo escalar por las paredes de un  edifico de  varios pisos y llegar a la azotea o a cualquier piso sin necesidad de entrar por una  escalera, agarrándome e impulsándome  con los salientes externos que toda construcción tiene. Eran un ejemplo a imitar y levantar la moral a aquel que la tuviera baja y desolada.

Fotos emblemáticas del enfrentamiento del pueblo contra el Imperio

Ataque del 15 y 16 de junio.
A eso de la 1:00 PM se ataca a bombazo  el edificio Copello, sede del gobierno rebelde,  seguido de una lluvia de proyectiles y aviones rasantes. La batalla duró más de 24 horas y la cantidad de muertos de ambas partes se contaron por centenas y heridos un número indeterminados. El Padre Billini y las clínicas disponibles del lado constitucionalista  estaban repletos de cadáveres y heridos. El combatiente cuya herida no revestía internamiento  se despachaba para seguir combatiendo.

•  A pesar de todos sus armamentos, no pudieron.
Los yanquis y los del Villano Nacional- Antonio Imbert Barreras - se emplearon a fondo para tomar  Ciudad Nueva, empleando todos sus recursos armamentísticos: cañones, morteros, fusilería y aviones. El general Bruce Palmer le había prometido al presidente Lindon Jhonson que  tomaría la ciudad rebelde en dos horas. Al indagar el presidente que por qué no se había tomado la ciudad, Palmer le contesta que para tomarla habría que destruirla, que la resistencia de los rebeldes era muy fuerte.  Aunque conquistaron unas 30  cuadras por los frentes de la Pasteur, San Carlos. Villa Francisca, Santa Bárbara, es decir, por la colindancia con el corredor, no pudieron tomar la ciudad en armas.

La Fuerza Interamericana de Paz -FIP-. 
El gobierno yanqui para descargarse de la responsabilidad de la intervención unilateral a un país del Continente Americano ordenó a la OEA (el Ministerio de Colonias de EE.UU ) la creación de una fuerza armada con representantes de países miembros de la organización y así darle un viso de legalidad continental, a manera de disminuir la presión internacional, principalmente por los miembros de la ONU, liderada por los representantes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas –URSS- Cuba y Francia. Así crearon la Fuerza Interamericana de Paz – FIP -, comandada por el general Hugo Peñasco Albín, brasileño y el general Bruce Palmer, norteamericano. Enviaron tropas los países con gobiernos obedientes y las dictaduras a Washington de Brasil, Honduras, Nicaragua, Costa Rica. El área quedó limitada al norte por la Méjico – Teniente Amado García; al oeste la Pasteur completa; al sur el Malecón y al este el río Ozama. Esa era la zona constitucionalista, la famosa 20 cuadras rebeldes. En verdad eran como 100 o más  cuadras porque comprendía a los  barrios Zona Colonial, Ciudad Nueva, Ensanche Lugo, partes de Gascue y Villa Francisca; San Carlos, San Miguel,  Santa Bárbara, San Lázaro…

Renuncia del Gobierno en armas. 
Para poner fin al conflicto bélico, después de varias propuestas y contrapropuestas, entre los negociadores de la OEA como intermediaria entre los gobiernos de Reconstrucción de Imbert Barreras y el de Caamaño, se llegó a un acuerdo con la aceptación de establecer un gobierno provisional presidido por el abogado Héctor García Godoy, ex ministro de Relaciones Exteriores  del prof. Juan Bosch, quien gobernaría  con un marco jurídico amparado una llamada Acta Institucional y celebraría elecciones dentro de 9 meses.    El día 3 de septiembre nos congregamos en horas de la mañana en la plaza de la Fortaleza Ozama alrededor de 25 a 30 mil personas, combatientes y no combatientes, para presenciar la renuncia del comandante Caamaño y oír su discurso. Fue un acto verdaderamente emotivo y que nos llenó de orgullo por haber cumplido con nuestro deber  como dominicano y como revolucionario; atender el llamado del pueblo por conseguir un mejor bienestar con la  aplicación de una Constitución de avanzada, en la que el pueblo trabajador era el dueño de su propio destino y luego enfrentarse al ejército más poderoso del mundo y no dejarnos vencer ni  humillar. Su bandera imperialista no pudieron enarbolarla ni en la Fortaleza Ozama, ni en la Puerta del Conde ni en ninguna parte del país. No como en 1916. Aquí cumplimos con el postulado de nuestra canción patria: ¡Quisqueya será destruida, pero sierva de nuevo, JAMÁS! Estaba muy contento por haber sobrevivido por segunda vez en mi trajinar de revolucionario; haber vencido mis miedos internos y no doblegarme ante las vicisitudes pasadas en estos días de revolución. Y poder seguir adelante. Ese mismo día, pero en la tarde hacía García Godoy  el juramento como Presidente Provisional en el Palacio Nacional, antes representantes de la OEA y el gobierno de EEUU, que le impuso el gabinete a García Godoy, nombrando a Rivera Caminero como secretario  de las FFAA, enemigo  acérrimo de los constitucionalistas.

El día 12 de septiembre los civiles constitucionalistas comenzaron a abandonar la Ciudad Heroica   y los del  interior a retornar a sus respectivos lugares de origen, donde fueron recibidos por sus compueblanos como verdaderos héroes de la patria, y no era para menos. ¡Todos se sentían orgullosos de haber paridos unos hijos como esos!

¡ASÍ PIENSO. ASÍ ACTÚO!        ASOVA = Ariosto Sosa Valerio

La Revolución de Abril de 1965, de la que hoy se cumplen 53 años, se caracterizó por estar concentrada básicamente en la ciudad de Santo Domingo, al tiempo que tenía dos direcciones: una política, encabezada por el PRD, y otra militar, cuya figura principal fue el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

El movimiento logró unir a su alrededor a sectores representativos de la burguesía urbana y a trabajadores y obreros, quienes convergían en el objetivo de la vuelta a la constitucionalidad y rescatar la incipiente democracia que el país comenzaba a vivir tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo y el gobierno iniciado por el profesor Juan Bosch el 23 de febrero de 1962 y derrocado por fuerzas militares el 25 de septiembre del mismo año.

En esencia, en cuanto a sus bases sociales, la de abril es considerada una revolución popular en cuanto coincidieron en los reclamos y los combates simples ciudadanos, militares y policías de todos los rangos, revolucionarios internacionalistas y militantes de organizaciones de derecha y de la izquierda, como lo eran el Movimiento Popular Dominicano (MPD), el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) y el Partido Comunista Dominicano (PCD).

Política y militarmente los constitucionalistas se organizaron en los llamados comandos, que operaban tanto en la Ciudad Colonial, donde estaba localizado el mando central, como en distintos barrios de la parte alta de la capital.

Las causas

La revolución de abril estuvo motivada por el golpe de Estado al gobierno del profesor Juan Bosch, quien había impulsado una Constitución que otorgaba libertades que nunca se habían conocido en el país; se declaraba algunos derechos laborales, así como a sindicatos, fueron tomadas en cuenta también las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los niños y los jóvenes, los agricultores y los hijos legítimos.

Conservadores y militares, entre ellos la Iglesia Católica conspiraron para dar el golpe de Estado a Bosch el 25 de septiembre de 1963.

La guerra

Los militares encabezados por el coronel Fernández Domínguez, tomaron la histórica decisión de distribuir armas entre la población civil, miembros de los Partidos de la Izquierda y del Partido Revolucionario Dominicano; así se organizaron los llamados comandos, forma de organización militar propia de las guerrillas urbanas. La guerra civil para el 25 de abril de 1965 ya era un hecho.

La batalla del puente Duarte fue una de las más sangrientas, pero al final de la misma, las tropas reaccionarias de Wessin y Wessin fueron derrotadas y obligadas a volver sobre sus pasos. Fue tan formidable la participación popular, que muy pronto el aparato militar regular, quedó virtualmente desarticulado por las acciones militares del pueblo en armas. Fue tomada la fortaleza Ozama en donde se encontraba la odiada Policía Nacional, en su versión de los cascos blancos.

Cuando los constitucionalistas se preparaban para el ataque decisivo contra la base aérea de San Isidro, los sectores conservadores solicitaron a los Estados Unidos su intervención militar, y el 28 de abril se inició el desembarco de 42,000 soldados norteamericanos.

La guerra de abril en 1965 finalizó después de muchas rondas de negociaciones, dirigidas por la OEA, la cual había integrado la llamada Fuerza Interamericana de Paz, donde participaron soldados de diferentes países.

SANTO DOMINGO.- La Revolución de abril de 1965 fue un conflicto ocurrido en la República Dominicana, también conocido como la Revuelta de Abril o la Guerra de Abril.

El conflicto se inicia como un intento de un grupo civil y militar de reinstituir la presidencia del profesor Juan Bosch y Gaviño.

Antecedentes En 1962, Juan Emilio Bosch Gaviño fue elegido presidente en las primeras elecciones libres en la República Dominicana luego de la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Su gobierno era considerado izquierdista, tras la creación de la Constitución de 1963, donde establece la libertad de asociación, libertad de culto y libertad de expresión, así como la realización de la reforma agraria.

Siendo que a través de la consagración de la libertad de cultos en el país la religión Católica Romana deja de ser oficial en el país, atrayendo de este modo fuertes críticas de parte de la Iglesia Católica y el Episcopado Dominicano.

Los continuos ataques de la Iglesia Católica al gobierno de Juan Bosch, acusándole de ateo y comunista, incidieron directamente en la creación de un sentimiento de repudio hacia su gobierno, en especial de parte de los ricos capitalistas y de buena parte de los círculos militares de la República Dominicana.

Sin embargo, la mayoría de la población continuaba apoyando activamente al presidente Bosch. Pese a esto, el presidente Bosch es derrocado por una junta militar a sólo siete meses de su mandato, patrocinado dicho derrocamiento por la influencia del imperio estadounidense, representado por presiones de la Iglesia Católica y los capitalistas dominicanos.

Desarrollo del conflicto El 24 de abril de 1965 un grupo de jóvenes militares con ideas democráticas inician una rebelión con el propósito de reinstalar al gobierno constitucional del derrocado presidente Juan Bosch, elegido en las primeras elecciones libres realizadas en 1963 tras la dictadura de Trujillo.

EL 25 de Abril a las 10:30 a.m. se forma el "Comando Militar Revolucionario" encabezado por los coroneles Vinicio Fernández Pérez, Giovanni Gutiérrez Ramirez, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Ismael Torres Lami Eladio Ramirez Sanchez y Pedro Bartolome Benoit para encabezar el gobierno.

El Comité transfiere el gobierno el mismo día a las 8:00 p.m. a Jose Rafael Molina Ureña, quien renuncia al gobierno al tercer día. Los partidos políticos se suman al movimiento. El movimiento se conoce como "constitucionalistas". Un grupo de militares más conservadores pertenecientes a la fuerza aérea y al llamado Centro de Enseñanza de las FA (CEFA), con los generales Imbert Barreras y Elias Wessin a la cabeza, se opone al regreso al estado constitucional democrático, iniciando así un enfrentamiento armado.

La situación se torna tensa al darse a conocer la posición estadounidense en favor de los generales con sede en la base aérea de San Isidro y en contra del regreso al estado constitucional.

El embajador norteamericano William Bennet, durante una reunión con los constitucionalistas, los insta a rendir las armas. Los constitucionalistas son vistos como un movimiento de izquierda y como una amenaza por el gobierno de los Estados Unidos el cual se encuentra immerso en el conflicto de Viet Nam y la llamada guerra fría.

El 28 de abril de 1965 con el permiso de la Organización de Estados Americanos (OEA), llegan a la República Dominicana infantes de marina enviados por el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson.

Aunque los Estados Unidos apelan a la OEA para "internacionalizar" las tropas en el territorio dominicano, los 42,412 marines son mayores en número que los de cualquier otro país enviado a la República Dominicana.

Esto es conocido en la República Dominicana como la Segunda Intervención Militar Norteamericana.
La intervención de los Estados Unidos rápidamente toma como objetivo suprimir la rebelión de los constitucionalistas.

Algunos de los miembros del comité revolucionario como el Coronel Vinicio Fernández Pérez son apresados. El movimiento pasa a ser dirigido por el militar Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño.

Dos gobiernos se instalan simultáneamente en las dos regiones ocupadas por los grupos armados en oposición. En el lado constitucionalista se instaló Francisco Alberto Caamaño como presidente y el general Antonio Imbert Barreras en el lado anticonstitucional.

La ciudad de Santo Domingo se mantuvo separada en dos partes por un cordón militar impuesto por las tropas estadounidenses, a las que se le adhieren tropas de otros países latinoamericanos de regímenes autoritarios tales como Brasil y Paraguay, obedeciendo el mandato de la OEA de integrar una "Fuerza Interamericana".

La comisión de derechos humanos de la OEA visita el país para investigar denuncias de abusos. El 24 de Junio la OEA vota por terminar la intervención militar.

El 3 de Septiembre el coronel Francisco Alberto Caamaño Deño da paso al gobierno provisional de Hector Garcia Godoy con vistas a elecciones generales previstas para Julio 1 de 1966 en las que le sería permitido participar a Juan Bosch.

El desmantelado grupo constitucionalista es objeto de ataques armados y asaltos a la integridad física.
El acuerdo de elecciones se obtiene con el visto bueno del gobierno estadounidense. Tras las elecciones, Estados Unidos retiraría sus tropas del territorio dominicano.

Las elecciones de 1966 las gana el doctor Joaquin Balaguer, quien gobernaría al país con mano férrea por doce años consecutivos.

Por Claudio A. Caamaño Vélez

Apropósito de: el ultraje a la Constitución, el fraude electoral, las plantas a carbón, el aumento del salario de los congresistas, la botellita de agua, el encaje de Banreservas, el alza de los combustibles, los tucanos, la subida del peaje, el aumento de la factura eléctrica, y tantas otras barbaridades.
El pueblo dominicano no es indolente, actúa a su propio ritmo. La historia no me deja mentir.
Con frecuencia escucho decir "ya no hay hombres como en 1965", argumentando que en aquel momento el pueblo abrazó su propio destino en una demostración de valentía y determinación increíbles. Pero les pregunto a ustedes ¿dónde estaban esos hombres y mujeres cuando le dieron el golpe de Estado a Bosch? ¿donde estaban cuando asesinaron a Manolo? ¿Será que habrán nacido en esos dos años? ¿Estaban en el extranjero?
El pueblo dominicano resiste, resiste y resiste, y parece que su capacidad de soportar no tiene límites... Pero lo tiene, y cuando se levanta lo hace con una energía imparable, indomable, incontenible.

Este pueblo que fue capaz de enfrentar tanques y aviones, y combatir al imperio más poderoso que ha conocido la humanidad, ¿qué no será capaz de hacer cuando decida que ya está bueno?

Es cierto que estamos falta de líderes, eso es lo de menos. Este pueblo ha demostrado que es capaz de en cuestión de horas construir sus propios líderes.

¿Qué que estamos esperando? Yo, al igual que muchos, muchísimos, estamos esperando la señal. Esa que solo sabe el colectivo cuando y como darla, y que cuando se produce nadie la para.

Esos que se creen invencibles no son nada, su poder no está en las masas ni en las armas. Se basan en una falsa institucionalidad que ellos mismos han creado, pero que su propia naturaleza la hace frágil, endeble, pírrica. Cuando el pueblo se lance tomará esa institucionalidad y se la pasa por las nalgas.

De tanto que han abusado que han ido olvidando la verdadera naturaleza de la fiera que maltratan, la más indomable que hay en toda América. Pero ese pueblo, lejos de lo se cree, no olvida, sabe bien dónde están sus verdugos, y cuando despierte de ese sueño se los comerá a todos.
C.C
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